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25 febrero, 2020

Relato: Ensayo sobre la sordera (selectiva)






Ensayo sobre la sordera (selectiva).



Marta sale con los niños del supermercado un poco "crispadilla" pero se consuela pensando que en quince minutos estarán en casa. Baños, cenas y a dormir... 

Los sienta en sus respectivas sillas y guarda la compra en el maletero. Una vez en el coche pone la radio bajita y arranca aliviada, con la satisfacción del deber cumplido.

Marta conduce disfrutando del silencio que reina en el vehículo que únicamente enturbia el tema de Enrique Iglesias que suena en la emisora.

Pasados cinco minutos surge una vocecilla desde el asiento trasero:

- ¡Mamá, llalletaaaaa!!

Marta le explica a la niña tranquilamente que faltan diez minutos para llegar a casa y que allí comerá una galleta.

- Llalletaaaaaaa! Llalletaaaaaaaaaaaaa!

- Y yo tengo mucha sed mamá, quiero beber ya...

Bueno, pues ya estamos todos, piensa Marta. Les vuelve a explicar la situación de forma pausada, pero desde atrás ya solo se recibe una amalgama de lloros, gritos y peticiones en dolby surround.
Nota como el corazón se le acelera y los ojos comienzan a inyectársele en sangre y, cuando está a punto de soltar al kraken, recuerda la técnica que lleva practicando unos días: la sordera selectiva.
Marta sube en varios puntos el volumen de la radio. En ese momento suenan Shakira y el despelucado. Se concentra en la melodía caribeña intentando evadirse de la jauría que la reclama incesantemente desde al asiento trasero. Al principio es muy complicado, todo se mezcla en su cabeza. 

Ya no sabe si Carlos Vives tiene una bicicleta o una galleta... 

Pero poco a poco el ballenato se va imponiendo y finalmente es lo único que escucha.
Echa un vistazo por el espejo retrovisor y puede ver brazos agitándose y caras de enfado, pero en silencio. Como si alguien hubiese apretado el botón del mute.
Total, sólo faltan cinco minutos para llegar. No van a morirse de inanición.

Lleva...

Llévame en tu bicicleta...

Fin (inspirado en hechos reales)

5 comentarios:

  1. Jajajjajajjaa, me daaaaaaa... Es que me he visto reflejada en ti totalmente. Yo también tengo sordera selectiva, pero incluso para el marido, jajajjaja. Dios, últimamente recurro mucho a ella, tanto que hay veces que me sorprendo.
    No sabes cuanto te entiendo.
    Besotes

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    1. Una técnica milenaria! Me alegro de que te haya gustado. Un beso

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  2. Es así totalmente, doy fe. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
    Un abrazo.

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